Wednesday, June 21, 2006

Las artistas prehistóricas

Un equipo del Centro Nacional de Búsqueda Científica (CNRS), bajo la dirección de Jean-Michel Chazine, un etno-arqueólogo del Centro de búsqueda y documentación de la Oceanía, ha creado un logicial que permite revelar el sexo de los pintores prehistóricos que han dejado la impresión de sus manos en las cavernas. Esto ha permitido descubrir que muchas huellas son de mujeres."
Nuestra cultura -misógina- nos había hecho creer que los ritos mágicos prehistóricos eran realizados por cazadores o por chamanes masculinos. Lo que creaba la ilusión de que el arte era un producto sólo de machos. Esta noticia nos demuestra que desde el comienzo de nuestra evolución, la mujer tuvo tanta importancia como el hombre. Ambos sexos, complementarios, crearon las bases de nuestra cultura. Tenemos que comenzar a revisar y a enmendar la historia del arte.

Tuesday, May 02, 2006

EGERIA: mujer, gallega y viajera en el siglo IV

Nació en Galicia, España, durante la segunda mitad del siglo IV. Se desconocen lugar y circunstancias de su muerte. San Valerio, en el siglo VII, escribió una carta de “Valerio a los monjes del Bierzo en loor de Egeria”. En ella, Valerio toma a Egeria como modelo de mujer valerosa, describe su viaje y parece dar a entender que era originaria del entorno.
Algún autor berciano identifica a Egeria con Pulcheria, hija del emperador Teodosio, al que se supone originario de Cacabelos, la antigua Cauca. Aunque esta identificación de Egeria con Pucheria no parece verosimil, sí pudiera existir una relación de parentesco entre Egeria y Teodosio.
Las peculiaridades del viaje así lo avalan. El P. Arce supone que Teodosio y Egeria pudieron salir juntos de Gallaecia en el 378 para llegar a Constantinopla hacia 380.
Egeria es considerada la primera viajera y escritora de habla hispana. Era una mujer culta y muy rica de la región, que en aquellos días comprendía un territorio mucho más extenso que el que ocupa Galicia en la actualidad. Se le conocía como el extremo más occidental del mundo, Finisterrae.
Sus datos personales todavía son cuestionados por los historiadores, pues ella habló poco de sí misma en sus escritos. No obstante, por las fechas y lugares que menciona, se infiere que perteneció a la familia del emperador Teodosio I. Se sabe también que fue abadesa de un convento, que tenía conocimientos de griego, literatura y geografía, y que fue querida y respetada por sus contemporáneos.
Su primer viaje fue a Jerusalén, motivado por su sed de conocimiento; prudentemente la cubrió con el paño de visita piadosa. La verdad es que quería conocer los llamados lugares santos pues deseaba comprobar los datos geográficos que se tenían sobre esa parte del mundo.
En su largo viaje (entre 381 y 384) fue escoltada y acompañada por personajes que encontraba en el camino, desde sacerdotes hasta altos militares, quienes consideraban un honor acompañarla. La chica no desperdició el tiempo y escribió un diario, Peregrinación o itinerario, en donde detalló los pormenores de su viaje, las cosas interesantes que encontraba y las costumbres de cada lugar. Este libro se conoce gracias a un manuscrito, hallado en Italia, en el año 1884. A raíz de diversos estudios que se hacen después de este magnífico hallazgo, tenemos muchos datos acerca de la vida y del viaje que ella realiza, a pesar que lamentablemente se han perdido algunas hojas.
Sobre el manuscrito: lo más probable es que el códice que contiene el Itinerario de Egeria fuese escrito en latín en el S XI, en el monasterio benedictino de Monte Casino, y se conservase aquí durante varios siglos.
En el año 1650 no es contado entre los libros de la biblioteca del monasterio, recién en 1788 se encuentra este códice en Arezzo, en el monasterio de las santas Flora y Lucila. En el año 1810 suprimido este monasterio por orden de Napoleón, el códice es llevado a la “Confraternità dei laici”, (en la misma ciudad) es aquí donde se lo encuentra en 1884 Gian Carlo Gamurrino, que ponía en orden una biblioteca en Arezzo.
El itinerario, ITINERARIUM EGERIAE, fue escrito en pergamino, mide 262 x 171 mm, y además de contener lo de Egeria, que ocupa 22 hojas, se encuentra en la primera parte 15 hojas que contienen el “Tratado de los misterios y los himnos de San Hilario”
Tiene forma de diario epistolar y está escrito para "sus hermanas", es decir para una comunidad religiosa, se supone o, y aquí está la nota de la historia, puede ser que formasen parte del movimiento Priscilianista (otro gallego al que la historia ha ahogado entre sus malditos).

División del manuscrito: está dividido en dos partes, la primera parte describe los viajes de Egeria, la segunda parte la liturgia de Jerusalén en el siglo IV.
Al manuscrito le faltan hojas pero es imposible determinar cuantas: el original, que posiblemente fue el que tuvo el abad Valerio, no pudo ser hallado nunca a pesar de los esfuerzos por encontrarlo. Es por las cartas que él escribe comentando sobre el manuscrito y los detalles que pone, que se sabe que éste que se tiene ahora, esta incompleto.

Aspectos del itinerario: leyéndolo uno se da cuenta que ella leía la Biblia en cada lugar que visitaba, (cita 80 veces el AT y 20 el NT.). Si bien es cierto que en ese entonces no era tan sencillo viajar con una Biblia, sin embargo se ve que ella siempre la llevaba consigo.
Posiblemente la que utilizó haya sido en griego, ya que es posterior la traducción al latín que hace San Jerónimo. También queda de manifiesto que conocía los lugares, su historia y que le eran familiares, lo que muestra que había estudiado acerca de ellos.
Era costumbre que aquellos que pasaban por Tierra Santa, hicieran representaciones gráficas de los lugares, edificios y personas con las que ellos habían tenido contacto. Gracias a estos se han podido conocer, sobre todo monumentos, que hoy día han desaparecido o han sido transformados. En el original Egeria también debió haber hecho esto, porque ella misma pone: “como veis”, es una lástima que esos gráficos se hayan perdido.
Cada lugar es descrito minuciosamente y con detalles preciosos, lo mismo sucede cuando escribe acerca de la liturgia de Jerusalén. Todo esto nos hace pensar en la importancia que tenía para ella, el estudio de cada uno de los lugares por donde peregrinó, acompañada con la palabra de Dios, para meditar en su corazón las verdades conocidas.
Como dice el abad Valerio en la carta antes mencionada, cuanto más instruida estaba en la santa doctrina, tanto más sentía encendido su corazón en la llama de un deseo santo inenarrable. Leyendo, pues, con gran avidez todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento y cuanto halló escrito sobre los lugares de los más señalados santos en diversas partes del mundo, provincias, ciudades, montes y desiertos.
En su viaje atravesó el sur de Galia (hoy Francia) y el norte de Italia; cruzó en barco el mar Adriático. Es seguro que llegó a Constantinopla en el año 381. De ahí partió a Jerusalén y visitó los alrededores: Jericó, Nazaret, Galilea, Cafarnaúm, describiendo meticulosamente templos y santuarios.
Egeria permaneció un tiempo en la zona, planeando otras expediciones. Su recia personalidad fue admirada por algunas personas y severamente criticada por otras, pues en aquella época ninguna mujer “de buena cuna” salía sola, ya no digamos de su país, ni siquiera de su pueblito. El viaje de Egeria fue un gesto de libertad soberana que retó a todo el mundo conocido.
Se sabe que la joven parte de Jerusalén hacia Egipto en 382, visita Alejandría y recorre Tebas por el río Nilo; regresa a Jerusalén y llega hasta el Mar Rojo, el Sinaí... Su pasión la lleva a establecer los lugares exactos de cada monasterio y santuario que encuentra en su camino.
En varios tramos de su recorrido tuvo que ser acompañada por soldados romanos pues eran parajes peligrosos, muy difíciles de transitar, con climas extremosos y habitados por bandas de ladrones.
Después de viajar durante más de tres años, Egeria emprende el regreso a su patria siguiendo otra ruta, para conocer distintos lugares. Va hacia Antioquía, pasa por Edesa y Mesopotamia, atraviesa el río Éufrates y el territorio de Siria. Quiso entrar a Persia pero se le impidió el ingreso, por lo que debió seguir hacia Constantinopla.
Aquí acaba el diario. Se cree que Egeria empezaba a sentirse enferma, pues en sus últimos escritos hace alusión a un gran cansancio y a su poca apetencia por alcanzar Galicia. Se desconoce si volvió a su patria. Algunos años más tarde se derrumbó el imperio romano y hubo gigantescas invasiones bárbaras, por lo que viajar se convirtió en un enorme peligro y las mujeres vivieron más encerradas que nunca.
Egeria forma parte de un selecto grupo femenino absurdamente considerado por los historiadores como “viril”... La misoginia alcanza los estratos más altos de la academia, que no se olvide. Ella desafió las sexistas normas de su tiempo, alejándose del matrimonio y la reclusión en casas y conventos. Es ejemplo de que aun en aquella época y en condiciones tan adversas, las mujeres realizaron con éxito grandes empresas en áreas fieramente defendidas por los varones como cotos privados.
Como curiosidad se puede añadir que Egeria es, al igual que Calpurnia, una una ninfa, amante de Numa, también es el nombre de una planta de acuario y en el Estado de Sonora, Mexico hay una Egeria Castro que es dueña de una librería.

Sunday, April 30, 2006

Este blog va sobre...

Curiosidades históricas variadas.